miércoles, 4 de junio de 2008

Buenos Aires. Buenos tiempos


Ya instalado en esta enorme ciudad me sobran temas que contar. Cada día me adapto más a su dinámica y cada vez siento menos ganas de regresar, aunque esas nunca se extinguirán y volverán en cualquier momento con mayor intensidad. Pronto visitaré la ciudad de Montevideo de la que no tengo grandes referencias, pero sin embargo, iré a ver a la selección vinotinto de fútbol tratando de reeditar aquel “centenariazo” de hace cuatro años. En Buenos Aires aparte de conocer buenas y nuevas amistades he podido asistir un par de veces al teatro, un montón al cine, sobre todo a ver películas que en Venezuela jamás veré o por lo menos no en Barquisimeto, y lo mejor hasta ahora ha sido ir al concierto de Jorge Drexler, cuya entrada, en unos de los mejores lugares (Platea muy cerca del escenario), según mis gustos, apenas me costó 100 bolívares fuertes. De Drexler le admiro esa capacidad de hacer buena música con tan pocos recursos y hasta llegar a innovar. Estuvo en el Gran Rex, lo que me permitió conocer también este bien dotado teatro. Los estudios cada día se hacen más intensos, ya llega la hora de entregar un buen número de trabajos, sólo me preocupa uno que debo hacer para teoría de la opinión pública y es porque no he encontrado un tema que me motive a escribir (ya tendré que conseguirlo). Tiempo es lo que me sobra y eso por un lado me agrada por el otro me aburre, quiero un trabajo serio, actualmente hago una investigación para una gente en Venezuela pero es poco el tiempo que le dedico porque no es mucha la responsabilidad, pronto espero conseguir algo más relacionado con mis competencias, ya metí un par de currículo y sólo me queda esperar. Un aparte en todo este cuento se merece el viaje que hice junto a cuatro buenos amigos (Gregory, Nathaly, Alex y Eugenio “Paletta”) a Bariloche. Tomamos un carro con apenas 150 kilómetros y lo regresamos con más de 4500 luego de pasar por Neuquén, San Martín de los Andes, Villa Angostura, Bahía Blanca, Santa Rosa, Mar del Plata y por supuesto el ya citado Bariloche, lugar hecho para el disfrute, buena comida, lindos paisajes y clima agradable.

No todo ha sido color de rosa, también me robaron y aunque no fui yo el afectado, debido a que lo único que sacaron del bolso fue un monedero de una amiga, el incidente me ha llevado a tener mayor cuidado (jamás pongo cuidado). Y Aunque fue desagradable, igual sigo pensando que Buenos Aires es un buen lugar para vivir. (Son muchos más los temas luego de dos meses de estadía que muy probablemente vengan en otro post aburrido).

martes, 15 de abril de 2008

Frío que jode

Para los que suelen preguntar sobre el clima de Buenos Aires, les informo, que ha apretado el frío, las pocas chaquetas que tengo no contienen los 10 grados de temperatura que se promedian a diario, así que desde ahora sólo frecuento lugares cerrados. Todo el mundo dice que este año nevará nuevamente, así que estas bajas temperaturas apenas son un preambulo al temido invierno que llegará en junio próximo. Los árboles en Buenos Aires se han opacado, propio del otoño que ya se ha arraigado, nunca había visto semejante estación, así que el sólo hecho de poder vivirla ha sido parte de una gran experiencia a la que no estamos acostumbados los tropicales venezolanos.
A excepción del clima, que tampoco es un mal para morirse, todo ha mejorado, ya tengo más de una semana de clases y he logrado compenetrarme con el grupo, aunque, no nos hemos reúnido aparte de la universidad, pero ya esos tiempos vendrán...
Los trámites para poder legalizarme aún no los he culminado, aunque ya estoy cerca, me falta sacar registro consular, número de identificación (CDI) y bueno esperar que llegue el dinero de CADIVI, que me han dicho que tarda unos quince días en hacerse efectivo acá en Buenos Aires, así que seguiré pelando y leyendo un poco más de la cuenta a falta de televisión.
Lo que si voy a sufrir un poco, es no poder acudir al San Lorenzo - Caracas a realizarse mañana, a este partido quise asistir desde que cuadré mi viaje a Buenos Aires, pero se me cruzó con una clase y debido a que ya tengo contemplado una ausencia en el mes de mayo, preferí abstenerme de acudir al encuentro que definirá el segundo clasificado de ese grupo a la siguiente fase de Copa Libertadores, pero igual le ligo al Caracas, a pesar de que mi corazón está con Táchira.
Por último, debo confirmar que la comida en Buenos Aires es espectacular, hasta los Mcdonald saben mejor. El domingo pasado fui a un restaurant en el que puedes comer lo que se te antoje, desde una buena entrada de quesos hasta un plato lleno de langostinos, pasando por supuesto por carnes de todo tipo, todo esto por tan solo 35 pesos, lo que en resumidas cuentas son como 25 bolívares fuertes, así que a quien se le antoje ya sabe el camino...

jueves, 10 de abril de 2008

Mudado

Al fin... Luego de una semana y media con la maleta para arriba y para abajo, luego de haber pisado un hotel, un hostel y por último una pensión, ya tengo techo fijo por los próximos dos años. El departamento que alquilé, que no es más que una habitación grande con baño y cocina, no tiene un mueble, ni siquiera un colchón, pero no me importa, al menos por esta noche dormiré en el suelo sobre una cobija y luego veremos... Por ahí me viene un sofá, cortesía de la familia Montoliu y un colchón, además de una mesa y un par de sillas, luego y estoy seguro que pronto podré comprar el televisor y la nevera además de un sin fin de cosas que hacen falta en una casa (escoba, ollas, cubiertos, vasos, papelera, etc, etc, etc...). Ahora sólo falta por concretar la apertura de la cuenta bancaria, para sacar de mi cabeza la otra gran preocupación, el cochino dinero. Faltan pasos por cumplir, sacarme la precaria (visa), el cuil (número de identificación) y luego creo que inscribirme en AFIP (no se que es, realmente), dichos trámites espero poder culminarlos antes del miércoles de la próxima semana, sino los pocos pesos que tengo tendrán que ser estirados aún más.

martes, 8 de abril de 2008

Ahora a estudiar, no joda

Anoche comenzó oficialmente mi postgrado y como plato de entrada recibi clases de Estadística, casi nada, materia a la que no le tengo mucho aprecio (como comunicador social al fin y al cabo). sin embargo, era tal la ansiedad por ver clases que la disfuté mucho, espero que siga así. Mi grupo lo conforman seis colombianas, tres argentinos, cuatro argentinas y una brasileña, es decir, que el género femenino predomina, lo cual, por supuesto, no me disgusta para nada. A la mayoría he conocido y como debe ser, por ser la primera clase, todas y todos me han parecido muy panas. Sobre la clase, ya me han mandado tres grandes guías para ser leídas de inmediato, la materia apenas dura ocho semanas y el grado de intensidad es "barbaro", como bien dirían los argentinos, así que la joda pasará a un segundo plano y ahora lo que me toca es estudiar. No obstante, hoy comienza el festival de cine independiente y ya que el profesor de estadística ha olvidado dejar los libros en la fotocopiadora, me toca distraerme un poco y algo escogeré para ir a ver.

lunes, 7 de abril de 2008

Sabor a Argentina

La comida argentina no tiene mucho secreto, todos saben que acá lo que se come es carne por coñazo. En Venezuela, en cualquier restaurant de carnes, bueno o malo, hacen el intento por servirte una autentica parrilla Argentina, pero comerla acá, con abundante vino y ensaladas frescas, es como comer pescado frente al mar, inigualable. Chorizos, morcillas, distintos cortes de carnes (todos exquisitos) y la famosa chinchurria, pasaron por mi y nada se salvó, nada. Aunque pocos me lo crean porque soy de poco comer.

Este rico asado, como lo llaman por acá, estuvo acompañado de helado y un buen pedazo de torta, gracias al cumpleaños de la señora (no recuerdo su nombre), esposa del hermano de Ramón Montoliu, quien muy amablemente me invito y a quien agradezco, junto a su familia (Alicia, Cecilia, Monserrat y Marisol), por el buen trato que me han dado desde mi llegada desde Venezuela.

Ya esta noche comienzo las clases, así que me reencontraré con un aula luego de tres años, espero que no se me haya olvidado el hábito de estudiar, sí alguna vez lo tuve.

sábado, 5 de abril de 2008

Mudanza temporaria y buena dosis familiar

¿Quién me entiende? Ahora que estoy en un cuarto privado de una pensión, en una bonita zona de Buenos Aires, extraño el hostel donde hice amigos temporarios, con los que uno cruza palabras y hasta mail pero jamás vuelve a verlos en la vida. Pero me explico, la pensión no es lo que se creen, quizás la única ventaja es que puedo acostarme como me venga en ganas a la hora que me de la gana, lo demás deja mucho que desear, pero ojo, en comparación con el sitio que mal me recomendaron y al que acudí primeramente (no habló del hostel) esto es un paraiso. Les cuento: fui a donde un señor amigo que conocí en noviembre pasado y este hizo un par de llamadas y le pidió a una amiga suya que me consiguiera algo donde poder quedarme temporalmente hasta que se concrete lo de la mudanza definitiva al apartamento que he alquilado. Dicha señora me recomendó irme a Constitución, e hizo la salvedad de que era un hotel bonito en un lugar feo. Cuando llego emocionado, por tal recomendación, noto que la señora exageró con lo de bonito y quedo corta con lo de feo. Así pues, me encontraba yo en la cuadra más grande de Buenos Aires llena de travestis y prostitutas, eso sí, reconozco que me consideré querido, "todas" me silvaban y lanzaban besos y me convidaban a acceder a su posada, pero ninguna tenía el minimo de belleza necesario para yo fijar la mirada. Con mis dos grandes maletas tomé nuevamente un taxi y me fui a donde ya les he contado.

Paseo por Recoleta

La vez pasada que vine con mi querida madre a Buenos Aires, por razones de tiempo, no visitamos la zona de Recoleta, hermoso barrio lleno de historia y arte. Esta vez, motivado más por las ganas de salir de mi pensión, estrené el subte y luego de hacer una parada pequeña por la embajada venezolana, me fui a recoleta para apreciar el famoso cementerio donde está enterrada la muy recordada Evita Perón, pero lo que más me gustó, de este sector de la ciudad capital de Argentina, fue el muy bien dotado Museo de Bellas Artes, donde por primera vez logré ver cuadros de Monet, Van Gogh, Degas, Kandiski, Goya y hasta Soto (dosis venezolana de arte que te llena de orgullo). Con esta visita no podía separar de mi mente los buenos momentos de las clases de Carlos Sosa, en donde aprendí, indudablemente, a apreciar más el arte.

Buena dosis familiar

Anoche compartí con una linda familia de Buenos Aires, amigos de mi tía Libertad y ahora míos, una rica cena (esas con entrada, plato principal y hasta postre), pero lo que más me ha gustado ha sido la muy entretenida conversación que tuve con todos los integrantes de la mencionada familia (Bouvier). Venezuela, política, deportes, educación, destinos turisticos, la familia, etc..., fueron parte de la temática. Bien que me hacía falta una noche como la de ayer, me ha llenado de ganas, esas que me faltaban tanto apenas llegué.

miércoles, 2 de abril de 2008

Aguante, carajo, aguante

Seré sincero, llevo pocos días por Buenos Aires y ya extraño estar en casa. La nostalgia me ha pegado mucho más de lo que creía, son muchos los factores: la ansiedad por comenzar las clases me agobian; la espera por concretar el alquiler de mi habitación, en donde permaneceré estos dos próximos años; el hecho de estar alojado, momentáneamente, en un hostel, compartiendo la habitación con tres desconocidos distintos cada día y un baño como con 24; la moderación de mis actos, para no gastar más de la cuenta y al final tener una idea de con cuanto puedo vivir mensualmente; y un poco de cosas más, han influido en semejante estado de ánimo, pero se, y no hace falta que me lo vuelvan a repetir, que todo principio es díficil, como también se que muy pronto extrañar estar en casa, será, extrañar estar en Argentina, bueno, quizás exagere un poco...
Por otro lado, ya este lunes comienzo clases y eso me tiene entusiasmado, ya muchas de las diligencias para legalizarme las tengo adelantadas, ya conozco mucha gente que me cae del carajo y me están ayudando a hacer de mi estadía más agradable, ya cada día me adapto más al sistema argentino, ya casi se acerca el día en que podré conocer más allá de Buenos Aires, ya los días se me acortan y eso es mejor señal aún, en fin, ya vendrán mejores días, ya podré contarselos...
Hasta pronto...